Tren de alta velocidad cruza la frontera
La red de alta velocidad española ya está conectada con las del resto de Europa. Han tenido que pasar casi 20 años, desde que un Consejo de Ministros aprobara en 1995 la primera licitación del tramo entre Barcelona y la frontera francesa. Este domingo, por fin, el sueño se ha hecho realidad. Unos 840 usuarios han aprovechado para inaugurar la ruta Barcelona-París o la Madrid-Marsella el día de su estreno. Entre esos pasajeros privilegiados ha estado la ministra de Fomento, Ana Pastor, quien habló de “jornada histórica” tras viajar desde la capital catalana a Perpiñán en un tren reservado para autoridades políticas e institucionales y medios de comunicación. “Los Pirineos dejan de ser una barrera”, subrayó Pastor.
No se trata de ninguna nueva infraestructura, que ya se inauguró el pasado mes de enero —y que permitía el enlace con un transbordo de tren en Figueres—, sino de los nuevos servicios pactados por los Gobiernos de ambos países y de sus respectivas operadoras ferroviarias, Renfe y SNCF, que permiten enlazar las dos mayores redes de Europa a través de una alianza denominada Renfe-SNCF en Cooperación y que se explotará desde la sociedad conjunta Elypsos.
Francia hace años que tiene conexiones con otros países, pero España continuaba aislada y el acuerdo no ha sido fácil. De hecho, el pacto que ha permitido poner en servicio los cinco nuevos servicios tiene una importante letra pequeña: ni los trenes de la SNCF circularán por el tramo Madrid-Barcelona ni los de Renfe pisarán el corredor París-Lyon. Las autoridades aseguran que se trata de una cuestión de homologaciones de trenes que se superará con el tiempo, pero la realidad es que esos dos corredores son los diamantes que poseen ambos operadores, que ven cada vez más próxima la liberalización del transporte ferroviario de pasajeros.
Con tales complejidades para poner en marcha el nuevo servicio, no es extraño que el ministro de Transportes galo, Frédéric Cuvillier, se mostrara “conmovido con lo que estamos viviendo hoy” en el acto protocolario celebrado en Perpiñán con Pastor, el ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, y los presidentes de Renfe, Julio Gómez-Pomar, y el de SNCF, Guillaume Pepy.
Leer mas en la fuente: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/12/15/catalunya/1387099099_146393.html
No se trata de ninguna nueva infraestructura, que ya se inauguró el pasado mes de enero —y que permitía el enlace con un transbordo de tren en Figueres—, sino de los nuevos servicios pactados por los Gobiernos de ambos países y de sus respectivas operadoras ferroviarias, Renfe y SNCF, que permiten enlazar las dos mayores redes de Europa a través de una alianza denominada Renfe-SNCF en Cooperación y que se explotará desde la sociedad conjunta Elypsos.
Francia hace años que tiene conexiones con otros países, pero España continuaba aislada y el acuerdo no ha sido fácil. De hecho, el pacto que ha permitido poner en servicio los cinco nuevos servicios tiene una importante letra pequeña: ni los trenes de la SNCF circularán por el tramo Madrid-Barcelona ni los de Renfe pisarán el corredor París-Lyon. Las autoridades aseguran que se trata de una cuestión de homologaciones de trenes que se superará con el tiempo, pero la realidad es que esos dos corredores son los diamantes que poseen ambos operadores, que ven cada vez más próxima la liberalización del transporte ferroviario de pasajeros.
Con tales complejidades para poner en marcha el nuevo servicio, no es extraño que el ministro de Transportes galo, Frédéric Cuvillier, se mostrara “conmovido con lo que estamos viviendo hoy” en el acto protocolario celebrado en Perpiñán con Pastor, el ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, y los presidentes de Renfe, Julio Gómez-Pomar, y el de SNCF, Guillaume Pepy.
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